Si hablamos de opciones ricas y clásicas en cuanto a té, el Rojo es una de esas que no fallan jamás.
Su sabor es algo terroso, pero suave y agradable. Va bien con azúcar, edulcorante o miel, con limón o jengibre, e incluso con un pequeño toque de leche... ¡Es perfecto!
Pero además de ser flexible y delicioso, este té aporta beneficios a tu organismo que contribuyen a reforzar tus defensas.
¿Té Rojo?
Té Rojo es el nombre que habitualmente le damos en Occidente al pu-erh, un té procedente de China, con una gran historia y tradición. Para la Medicina Tradicional China es un recurso invaluable, tanto por sus propiedades medicinales como por su acción purificadora.
A pesar de que se obtiene de la misma planta que el té Verde o Negro, el té Rojo implica un mayor proceso de fermentación que eleva sus propiedades y lo determina como un excelente aliado para el organismo.
¿Cómo ayuda a las defensas?
Dado que el pu-erh sufre un proceso de oxidación durante su producción, su contenido en antioxidantes es comparativamente menor que en el té Verde o Blanco. Sin embargo, sigue siendo un excelente complemento para poner a tono tu sistema inmunitario, gracias a su contenido en vitamina C y antioxidantes.
Por si fuera poco, aporta calcio y previene problemas cardiovasculares o dolores de cabeza. E incluso se lo recomienda para eliminar excesos del organismo, por su efecto positivo sobre el hígado y el bazo.
En definitiva, con dos tazas de té Rojo al día, tu sistema inmunológico será casi tan fuerte como nuestro amor por este tipo de té.