El mejor amigo de todo uruguayo, ese que no falla en los días fríos, necesita ciertos cuidados de vez en cuando. Cuando recién compramos un mate, el primer paso es cuidarlo, pero además se hace necesario limpiarlo luego de cada uso.
Para que lo hagas de la forma correcta y evites errores que puedan afectar tu salud o la de tu mejor amigo, te damos algunos consejos básicos para la limpieza y el curado de tu mate.
Proceso de curado
Los mates de calabaza necesitan ser curados para evitar que se transfieran sabores externos a la yerba, y a su vez, para que esta absorba el sabor de la yerba.
Para hacerlo, el primer paso es lavar el interior con agua caliente, dejando el agua un minuto y luego escurriendo. A continuación, agregar yerba ya utilizada previamente en otro mate y luego añadir agua caliente hasta cubrir todo el mate.
La idea es que la yerba absorba el agua, por lo que si esta se consume es necesario agregar más. Luego dejar reposar por al menos 12 horas.
Una vez pasado el tiempo, retirar la yerba, enjuagar con agua caliente y luego raspar las paredes con una cuchara. Repetir toda la operación dos veces más para lograr un mejor efecto.
Limpieza del mate
Cuando termines tu mate, es necesario tirar la yerba y limpiarlo para dejarlo listo para la próxima cebada. Existen dos caminos para proceder con esta limpieza.
El primero y más habitual consiste en retirar la yerba, luego enjuagar con agua y dejar secar boca arriba. Dejarlo boca abajo puede provocar humedad en el interior y arruinar la calabaza.
El segundo implica retirar la mayor parte de la yerba pero sin enjuagar, dejando los pequeños restos de yerba en el interior para que se sequen solos al colocar el mate boca arriba. Al otro día, se retiran con una servilleta de papel.
En cuanto a la bombilla, se sugiere limpiarla con agua al terminar el mate. Además, una vez por mes se recomienda sumergirla en agua hirviendo para que afloje los restos de yerba que pueda tener en su interior.
Ahora que lo sabés, esperamos que disfrutes de unos ricos mates calentitos sin poner en riesgo a tu compañero de todas las horas ni afectar tu salud exponiéndote a bacterias riesgosas para el organismo.
