El té con leche es un verdadero clásico que todo amante de esta infusión conoce, o debería conocer para denominarse como tal. Prepararlo tiene algunos trucos y secretos, que revelaremos en este blog.
En esta bebida, se combinan a la perfección el sabor de tu té preferido con la cremosidad de la leche, generando una mezcla tan particular como refrescante. Lo mejor de todo, es que puede tomarse tanto en frío como en caliente.
¿Qué té se puede combinar con leche?
La respuesta es clara: todos. Sin embargo, los de sabores más fuertes son ideales para esta combinación. Por ejemplo, el té rojo o el té de manzanilla.
¿Qué se coloca primero en la taza?
Para la correcta preparación de esta bebida, primero se debe infusionar el té de forma habitual, y luego agregar un toque de leche. Es necesario considerar que realizar el procedimiento de esta forma implicará enfriar el té, por lo que se sugiere calentar de manera previa la leche antes de incorporarla a la bebida.
¿Qué leche utilizar?
Puede prepararse con leche entera o descremada, e incluso leches vegetales como de almendras o de coco. En este último caso, debe considerarse que estas pueden añadir un toque de sabor no deseado a la infusión.
¿Se puede endulzar?
Con azúcar, edulcorante o miel, al igual que cualquier té tradicional. Si se utilizó alguna leche vegetal en el proceso, se sugiere limitar el agregado de endulzantes para no generar una bebida demasiado empalagosa.
Ahora que sabés cómo prepararla, ¿Cuándo vas a probar esta infusión clásica?