Encontrarnos con la naturaleza trae calma, armonía y bienestar, efectos visibles tanto a nivel físico como emocional.
A lo largo de los años, diversos estudios científicos han demostrado estos beneficios mediante investigaciones y pruebas de todo tipo.
Por ejemplo, científicos de la Universidad de Illinois en Estados Unidos, demostraron que estar en contacto con la naturaleza incide en el comportamiento humano. De acuerdo a su estudio, los entornos más verdes se asocian a personas más sociables y con un gran sentido de pertenencia a sus comunidades.
Por su parte, el Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona asocia el contacto con la naturaleza en la niñez a la salud mental en la etapa adulta. Así, este centro determina que los niños que crecen en entornos verdes poseen más posibilidades de mantenerse alejados de enfermedades mentales que aquellos que crecen en entornos urbanos y poco naturales.
Si fuese necesario sumar nuevos ejemplos de estos beneficios, la Universidad de Harvard tiene la respuesta. De acuerdo a este centro, pasar un período de 20 o 30 minutos en contacto con la naturaleza puede disminuir considerablemente los niveles de cortisol, y por ende combatir el estrés.
Dar un paseo por la rambla o tomarse un fin de semana para salir de la ciudad puede parecer sencillo, pero de hecho, incluir este tipo de planes en una rutina no siempre lo es. Por ello, una recomendación útil para acercarse a la naturaleza es la de consumir productos que incluyan todas las propiedades y beneficios que esta tiene para aportar.