Desde Perú hacia el mundo, estos mates nos conquistan por su belleza pero, también, por su historia.
Existen tantos tipos de mates como materos. De diferentes tamaños, materiales y formas. Algunos de ellos sobresalen por su practicidad, diseño y originalidad; otros, destacan por la historia que cuentan.
Este último es el caso de los mates burilados de Perú, una tradición ancestral que maravilla a locales y extranjeros. Estos mates llaman la atención por su belleza y detalle, pero especialmente por su valor histórico.
¿Qué son los mates burilados?
Estos preciados objetos son las tradicionales calabazas de mate, pero decoradas con una técnica artesanal realizada con buril como instrumento principal. Esta técnica es heredada de generación en generación por artesanos peruanos y se utiliza en diferentes regiones.
Sus orígenes se remontan al Valle de Chicama en la costa norte de Perú. Los ejemplares más antiguos que se han encontrado datan de hace 3500 años.
Dicha técnica se asocia por ejemplo a los Incas, quienes utilizaban los mates como recipientes, instrumentos musicales e incluso como amuletos ceremoniales.
¿Cómo se elaboran?
La técnica de burilado se realiza con el buril o cincel, que se fabrica de forma artesanal. Se trata de una barra prismática con punta afilada que permite trabajar la calabaza y realizar diferentes diseños en el material. Una vez creado el dibujo, este se puede colorear con diferentes técnicas o mantener el color natural de la calabaza.
Tradicionalmente, las ilustraciones representan escenas típicas de la vida cotidiana o leyendas del folklore peruano. Cada mate cuenta una historia particular y preserva parte de la cultura local. Su forma de lectura es de manera circular desde abajo hacia arriba, pues todos los dibujos se comunican entre sí para transmitir una historia que finaliza en la parte superior del mate.
Su cualidad de relatar historias es lo que hace que este tipo de mates sean tan importantes para la cultura peruana y para la cultura matera en general.
¿Los conocías?