Su alto contenido de potasio y magnesio las hace indispensables en la dieta de todos los deportistas para mejorar su rendimiento y reducir las lesiones. Favorecen el buen funcionamiento cerebral por sus altos niveles de fósforo y magnesio.
La calidad de sus ácidos grasos ayuda a reducir el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares. Son antioxidantes, por su alto contenido de vitamina E y por el calcio que poseen, la convierten en un alimento ideal para personas que no consumen lácteos.